In my dreams

durmiendo-chica1En mis sueños ya no eres principio, ya no eres fin, ahora tan sólo eres un extra que asoma de vez en cuando, para poner alguna coma cuando me olvido de dar un portazo para que no vuelvas a entrar en ellos.

Evitar que plagies mis recuerdos me da tanta pereza como rabia, así que no voy a ser yo la que cercene tu derecho a evocarme como lo que fui para ti, si es que en realidad fui; si es que para ti existí como algo más que una balsa a la que aferrar tu desidia y con la que darte un paseo por el río más breve de tu vida. Te gustaban las vistas, si, créeme que sé que disfrutabas con todo y de nada por dibujarte un tesoro hacia el que salir corriendo y por hacer de tus horas muertas poemas de amor y de tu rutina, esa aventura que ansiaba trepar por la pared de tu desaliento cuando te sentías solo. Cómo te gusta soñarme, casi tanto como a mi me gustaba pensar en el sabor de tu boca pero, joder, pásame de largo y evita de nuevo una colisión imprudente contra mi mundo. Ya no me cubre el seguro contra ese tercero en el que te has convertido por decisión y sería totalmente siniestro pensar que podemos salir ilesos de otro accidente moral. Tu sed onírica no debe beber de mi vigilia. No estoy hecha de esa pasta que te sirve de escarmiento, ni de ese material maleable que deja que lo estires sin romper hasta un nivel de tolerancia desconocido. La química que nos faltó ensayar, será la mayor incógnita de este pasado reciente que tenemos tan presente. Sal de mi almohada y deja que mis ojos se cierren sin tener que imaginar que tú también me añoras y que el mayor error ha sido perder lo que nunca llegamos a tener. Ojalá bastase un te quiero roto para que volviese a sentirte pegado, ojalá fuese más fácil lo que hiciste difícil y ojalá esta noche se me borre tu huella uno o dos tonos porque todavía la veo intensa cuando juego a quererme por ti. Shhhh, calla y vete sin hacer ruido, como me dijiste que harías, como has hecho de hecho. Y no hagas más trizas de mi con tu silencio porque sabes que te noto y deseas que te siga notando como si no te hubieses ido. Sabes que tu presencia muda es para mi tu ausencia que no deja de gritarme que ni ahora ni nunca vas a olvidarme.

Mi locura

CK5YD4RMi locura es transitoria, aunque su tránsito es constante y continuo en un espacio temporal que perdura una vida, la mía; y su cura, no tiene nombre, ni rostro que la defina, ni concepto determinado que la englobe; pero el antídoto que la desarma, lleva tus iniciales impresas en la etiqueta dejando un breve espacio para advertir de sus secuelas más secuaces.

Mi locura tiene 26 y mide metro ochenta. Le brillan los ojos más que a la noche sus lunares y es capaz de traducir mi sólido a líquido en menos de lo que tardo en recordarte. Y es al hacerlo, cuando siento que sus manos han nacido para leer mis poros sin mirar y dibujar cada curva con la prisa de quien va perdiendo en el primer tiempo pero sabe que queda todavía el segundo. A veces me gusta darle el culo a las circunstancias y beber de un solo trago esa inercia que me lleva a dejar de ser alga perdida entre las mareas. A veces mi determinación se mezcla con unas gotas de firmeza y es capaz de derretir los polos con solo clavar mis uñas en la espalda de la duda. El instinto crece a la misma velocidad que ese apetito dormido y se despereza al compás de un ritmo nuevo que sabe a decisión correcta. La sospecha se ha vuelto certeza nítida y me pregunto en qué momento supe pasar de página en este libro de relatos inacabados. Será que mi locura, por fin, tiene una sonrisa de infarto y no hay corazón que soporte su mirada.

kamikazes

kamikazesEras el dueño de ese idioma que jamás pidió perdón,
el que mutiló mis sueños prematuros sin darles opción
y ese suicida capaz de inmolarse con tal de no dar la cara.
Yo era la constante presente de tus ecuaciones más simples,
la que tachaba los días pensando en tus brazos como soga
y como una boba, me senté a esperar cuando tu sólo inventabas demoras.
Eras esa derrota anticipada que sabía a nada en mi boca
y te hice valer toneladas de pólvora con que detonarme
cuando, en realidad, no vales más que plumas.
Podría venderte al peso y quedar a deber al destino
pero no soy de negociar con humo,
ni de sembrar con aire estéril en tierra de nadie.

Fuimos, ambos, kamikazes y ahora,
somos el concepto que define un estado por concretar,
el boceto de un pensamiento que flota sobre un mar insípido
donde las sirenas han perdido su cola
y los barcos navegan sin rumbo.
Somos también ese sabor a chantaje emocional
que perdura en la lengua y en la memoria,
la sal que queda en los labios tras un tequila bebido a desgana
y esa apuesta por el todo que nos ha llevado a la ruina
casi sin darnos cuenta de que la bancarrota esperaba paciente,
tan segura de caer como ese último cigarro una noche de fiesta.
Vivías en constante desequilibrio al borde de mis bragas,
queriendo comerte mi mundo en tan sólo dos bocados
como si con eso pudieses arrinconar tus ganas de tenerme
y dejar a un lado ese vicio tuyo por mentir que se tornó rutina.
Fue tu extraña forma de querer la que te hizo perder mi apuesta
y con la que yo gané meses, paciencia, rabia contenida
y esa puta manía de echarte de menos cuando debía echarte de más.
Ojalá pueda abrir los ojos mañana, pellizcarme despacio el alma
y comprobar que aunque en esta película siempre te tocó hacer de malo,
en el fondo, para mí, has sido algo bueno de lo que aprender.

Volver a perderte no es una opción

esperaHoy he vuelto a desear comprar tus palabras
con esa moneda de cambio que he sido para ti,
pero no debo volver a tropezarme con tu manera de echarme de menos
ni con esas ganas de acento marcado.
No tengo que buscarme más motivos
cuando lo evidente está a ras de nariz pero, a veces,
la ceguera te dicta falsos guiones
y prefieres dar palos de ciego al aire en lugar de quitarte la venda.

Si pudiese volver a perderte y ésta no es una opción,
te pagaría con fajos de silencios sin numerar
y no con esa ortografía tan mía
que tendía a arrastrarse en busca de palabras bonitas.
Si pudiese tenerte de nuevo,
empezaría por olvidar todas esas excusas
que han incinerado mi alma poco a poco
y por apartarte a soplidos antes de que me quemes
y ya no pueda apagarme.

Hoy he recordado que ya no soy tu “ratita”,
ni ese cariño que masticaba tu boca sin tragar;
hoy te he pensado durante unos segundos
y cada vez me cuesta más enfocar tu voz,
tu risa y ese olor y tacto que nunca he rozado de cerca
porque siempre has sabido guardar distancias
y yo no logré dar ni un sólo paso en linea recta.

Ya eres sólo sueño archivado,
pregunta sin respuesta y jamás la tendré…
utopía que se ha esfumado de un sólo latido,
manojo de dudas por resolver,
y esa lágrima de brote fácil tanto si te pienso como si te olvido.